Presentación


                                             

EL PORQUÉ DEL BLOG

Hoy es 20 de abril de 2020. Estamos en cuarentena y el uso de las redes se ha hecho imprescindible. Para comunicarse con los cercanos, para expresar una opinión, un sentimiento, para agasajar a algún amigo. Abrimos este blog que será un reservorio de alguno de los escritos diarios que venimos sosteniendo desde hace varios años. Tal vez llegue a   algún lado, tengan un seguidor, o quede ahí en la nube del silencio, pero lo intentaremos. A medida que avancemos iremos corrigiendo los rumbos. No hace falta una presentación formal, pero tal vez cuando haya que llenar los formularios de admisión sean necesarias unas glosas, algunas palabras con que disfrazamos nuestra identidad. Ya ven, me gusta escribir y dejo que la "loca de la casa", dicte las palabras. Los dedos obedecen y el censor está alerta, no sea cosa que diga algo inconveniente, algo que nos delate o, peor aún, algo que hiera a alguien cuando no es esa la intención. Que por supuesto, tengo una pléyade de gente con la que no simpatizo, las iré nombrado sin nombrarlas pero más que eso, tengo una infinidad de maestros, de ahora  y de  todos los tiempos. Son ellos los que me guían, los que me dicen si ando errado o acertado, a ellos me someto, porque no tengo un dios superior que guíe mis actos,  y respeto al que lo tenga, pero esto no es una definición tajante, simplemente trato de entender la vida, el tiempo que nos toca vivir y me quedo a mitad de camino, no alcanzo a dilucidar nada, como para aseverar una postura o rechazar a otra. Aspiro a no hacer mal a nadie, a dar lo mejor de mí y honrar la vida,es todo lo que puedo decir de mi como presentación. 


POR QUÉ BENRA TORRE

Ni pose
ni súbito capricho.
Mis vertientes.
Cuando amigo era
jugarse en la utopía
y libertad
la infancia a galope tendido.
No tuve sobrenombre
salvo aquel
invirtiendo las sílabas del nombre
Benru...Benra
Mejor sonaba así.
No se lo llevó el olvido.
y Benra pedía
sonoridad de rondas.
Torres, Juan labriego
con su vieja radio a válvulas
sintonizaba frecuencias
rojas:
la torre desde donde
aprendí a mirar.


POR QUÉ ESCRIBO

Mi tarea es escribir. Todos los días, aunque no me cepille los dientes o no haga la gimnasia necesaria. Escribir, armar frases con palabras, intentar que tomen vuelo, si no poético, al menos legible, un vuelo que se pueda acompañar con la mirada, que sin querer muestre un paisaje distinto, conocido pero visto desde otros ojos, o desde otra altura. De alguna manera el escritor es un lazarillo, un cicerone, un acompañante terapéutico. Cuántas cosas son los escritores: médicos, psicólogos, maestros, gurúes, embaucadores, ensoñadores, mentirosos, estafadores, magos, sacudidores de las modorras de la vida, son esos que vienen y te pegan una trompada en la cara y le tenés que agradecer, claro, viene el otro y te adormece, y también es para hacerle un señalamiento de aprobación. Escribir todos los días, las pavadas que se nos ocurran, y si no se sabe qué escribir repetirse como loro una consigna, la papa pepe, la pepa, papa, y darle sin asco hasta que el sonido de las teclas, o el roce de la palma en el papel sean los únicos sonidos existentes, nada más, es como una música que actúa como combustible en cualquier motor, no puede pararse hasta que se agote si es que se agota porque hay algunos que creen en el movimiento eterno del péndulo, pero es eso, un equilibrio inestable que un soplo, un timbrazo en el oído, un dolor que aparece, ese ladrido ensordecedor y nos vamos a la mierda, tal vez sea eso lo que quiso decirnos Ramos cuando llevó al papel ese paisaje que lo estaba atrapando y nada, eran palabras sin carnaduras, palabras que ni por asomo podían representar lo que estaba viviendo, la emoción que le estaba causando y no siempre es posible volcarlo en palabras, hasta que el olor de algo vino a cerrar el texto: las castañas asadas, riquísimas, vale más que todo lo que se pueda armar de lujurioso con palabras, y esa frase nacida de una boca analfabeta, o sea, una patada en el orto a las cátedras de filología, lingüística y gramática comparada. 



BIOGRAFÍA LITERAL


Acostumbrado a leer biografías no autorizadas, biografías fraguadas, una pose frente a la vida, esas biografías que son necesarias en un sistema como el que nos domina, donde importa el individuo, y nos vestimos para lucir mejor que el natural. Este es el intento de hacer una biografía literaria real, si cabe el término, aunque tengan cada uno el derecho a dudar de cada una de las cosas que se ponen, porque al final uno termina siendo una ficción, un embustero, porque quien abraza la literatura es un mentiroso, es pura mentira, así definimos a la literatura, pero es una mentira tan bien construida que la tomamos como la realidad.

 Empecé a escribir cuando la revuelta popular del cordobazo alteró mi ignorancia , la ingenuidad de un muchachito de diecisiete años y algo se metió en el cuerpo, algo que todavía está, que no me deja tranquilo. Ahí nomás, vino el primer amor, no podía creerlo (después podría decir mucho de por qué no podía creerlo) y duró poco y quedé desnudo, dolido. Y ese dolor de amor generó los primeros poemas de amor, qué tupé, poemas de amor, ahí están, en el tercer cajón de la derecha del escritorio donde escribo, atesorados por dos tapas azules, manuscritos puros, letras cuidadas, escribo lo que siento y siento que te quiero, te quiero con mi alma y todo mi ser, y no puedo comprender el porqué del abandono. Ahí están, testigos, años 70, 18 años. Y vino el escape, la búsqueda, hasta que al retorno me tomó la furia de mi generación y ahí vinieron las lecturas más importantes, aunque dejamos de escribir, nada. Bueno, dejamos de escribir versitos y esas cosas.

 
Recién volvimos a tomar el lápiz para las cartas desde la cárcel, la verdadera escuela de escritura, las cartas semanales dos o tres para la extensa familia. Cuentos a la hija que crecía sin nosotros. Era una beba y cuando salí ya era una niña de siete años. Acá están también, cientos de cartas con letra menuda contando lo que se podía contar, aprendiendo que la metáfora esa la manera de decir sin decir.

Y fue dentro de la cárcel cuando tuve mi primer taller literario, con el Petizo, el Gallego, el Beto, el Pedrito, y todos esos intentos de estudio de la gratica, de inicios a la literatura están en el cuaderno rojo de tapas duras, que pude sacar con mi cuerpo y acá está en otro cajón, lleno de anotaciones de gramática, poemas, textos pequeños,cuaderno Triunfo que me acompañó el último año de cárcel y conmigo recuperó la libertad. 
Fue salir, con el impulso de escribir tantas cartas iniciamos algunos cuentos, uno de ellos fue premiado en un concurso, y otro y otro más y eso fue un impulso formidable. Confieso que no sabía nada de nada de literatura, de cuentos, nada, era puro impulso, puras ganas, y así pasó el tiempo, hasta que la vida, luego de la cárcel, mejoró, y nos acercamos a la SADE, por uno de esos cuentos que fueron con una mención o un premio y desde ahí, allá por el 2000, empezamos a tomar la literatura como el centro de nuestros desvelos.

Vino la Feria del Libro, vino Marcelo Di Marco, vino un curso online, El Escriba, vino la incorporación a un taller virtual, el taller 0que duró hasta hoy, veinte años, hasta la muerte del maestro Eduardo y ahí aprendí. Vinieron los talleres del Fondo Nacional de la Artes, con Inés Garland vino Alejandra Laurencich y La Balandra. Vinieron los talleres propiosde eso hace ya quince años y todavía sigo ordenando consignas, compartiendo con gente que tiene la misma vocacióy lo ha tomado en serio para escribir algmedianamente pasable, para corregir y publicar.
Y seguimos hasta hoy, con Narrasur, presentando los libros de algunos de los que pasaron o están en el taller y eso es una satisfacción inalcanzable. Hasta llegar ahora a este blog y esta biografía.

 
Recién empezamos.


Comentarios