Hojita que tiembla...



Hojita que tiembla

en la tormenta universal


La escritura se hace fácil y uno después ve cómo se debe escribir. De lo que se trata es saber dosificar la información que se tiene del tema y ponerle oficio, es decir, escribirlo bien, pulir el lenguaje, buscar los términos apropiados, no tratar de sorprender ni agradar al lector sino hacer que la historia que se cuenta, el texto, valga por sí mismo, sabiendo que no a todos les va a interesar y probablemente del universo posible sea una infinitésima parte que accederá o podrá acceder y que apenas será una hojita que tiembla en la fuerte tormenta universal, apenas eso, ni un suspirito, ni nada, que esa es la valía real de las cosas humanas y nosotros que nos agrandamos o que nos hacemos mala sangre por las pavadas cotidianas. Vaya uno a saber si en el último día viene una especie de solución a un intrincado crucigrama, o mejor nos arman el rompecabezas, el puzzle de nuestra vida y nos damos cuenta de que habíamos tomado por cielo lo que era pura tierra y que lo pintado de verde era un mero reflejo en el agua de una tormenta de piedras. 

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